
Crisálida
Vivo en el límite de mi habitación.
Un paso infinitesimal,
otro y otro.
La puerta no se mueve.
Se aleja.
Infinitésimos de distancia
me separan de ella.
Giro y danzo en mi crisálida.
Soy sin ser.
Mudo, muto, cambio
sólo siendo.
Vida, mundos,
cielos, mares,
semillas en el viento.
Imaginación rompe la coraza.
Abre la puerta.
Libera las alas azules de sueños.
Vuelo, al fin,
sobre un campo de girasoles
sedientos de sol.