¿Cómo se combinan los colores y las palabras?

Primero llegan los colores, justo en el momento en que la luz abre nuestros ojos. Aún no tienen nombre y no lo tendrán por un tiempo. Pero vibramos, sentimos las emociones que nos provocan. En ocasiones podemos buscarlos sólo para sentir, como un bebé siguiendo con sus ojos al juguete rojo.                                                     Luego, llegan las palabras. Los colores adquieren nombre. Podemos decir las emociones.

En algunos casos, con el pasar de los años, colores y palabras se separan para caminar por carriles paralelos. No se olvidan. Cada tanto se saludan de lejos con añoranza. En otros, caminan de la mano por el mismo carril.

Los colores acompañaron mis días desde el inicio. Las emociones se expresaban en ellos. Las palabras sólo eran oídas en mi interior. Salían al exterior en forma de imágenes donde cada color decía lo que mi voz no podía. Mucha vida después, las palabras comenzaron a saltar al papel. Pero no se separaron del color. Sucedió el milagro de la fusión. La imaginación crea una imagen donde reinan los colores y las palabras expresan las emociones que cada uno representa.                                                                                                                                   La imaginación es caprichosa. A veces, inicia en los colores; otras, en la palabra. No importa el origen. Importa el resultado, la expresión plena de una idea.